jueves, 6 de febrero de 2014

CONFLICTO Y CONSENSO





 “Sin comunicación no hay negociación”
“Todos tenemos una enorme necesidad de ser comprendidos.
Escucha a tu oponente”.
 William Ury 





Existen palabras que cuando se escucha, están causan algo dentro del corazón, la mente y el cuerpo, las reacciones dependen de las circunstancias donde, se enseña ya sea para corregir o para enseñar,  el  aprendizaje de la vida, algunas marcaron de una forma u otra en la vida adulta y así se va asociando con todo entorno y existir, el autor del libro expresa “las palabras evocan en nosotros emociones”.
          Se  debe hacer una introspección o inspección interna, esta es el conocimiento que el sujeto, tiene de sus propios estados mentales, es la condición previa para conseguir la interrupción del automatismo, de la indignación y hacer una nueva valoración con el fin de   visualizar en que momento, se causo un marcaje o pietaje, para hacer pausa y no hacer explotar una emoción, no adecuada en el momento de desarrollar nuestra identidad gerencial.
Los conflictos, cumplen una gran función social y muy efectiva al igual que el consenso estas dos palabras unidas, como el ojo que posee los lentes cóncavo y convexo, con ópticas diferentes donde debe prevalecer un buen resultado, los matemáticos aplican las fórmulas de estos lentes y se obtienen una mejor visión, pues así es el conflicto y el consenso.
Lo positivo del conflicto es que el motor de cambio y se construyen historias según Carl Marx, en sus estudios el conflicto, es el motor de la historia de la humanidad y siempre a su lado el consenso, lo negativo es la ruptura.


El consenso, es para llegar a la tranquilidad y al equilibrio de las partes en conflicto, todas estas palabras como usted, las quiera ver o escuchar en el transcurso del aprendizaje, entran otras características que son: el tono y la intensidad como se dicen o se expresan en un ambiente determinado.
Los gerentes, tienen que ser cuidadosos en las negociaciones, pues hay que controlar, desde todo punto de vista las emociones, aunque si el negociador es perspectivo, este puede jugar con las palabras, el tono y la intensidad, resolverá de manera inmediata o destruye un conflicto y lo convierte en peor, para buscar una mejor solución y puede hasta destruir personas con solo una palabra.

Entre el conflicto y el consenso
            En muchas organizaciones la palabra conflicto, se evita por considerar que es una palabra excesivamente fuerte y se minimiza la situación problemática usando otros sustantivos, tales como diferencias, desacuerdos, desencuentros, entre otros. Los ejecutivos tienden a pensar que si tienen conflictos, su gestión no es buena, como ya habíamos advertido, la pregunta pertinente es: ¿están en lo cierto? y la respuesta adecuada es que solo en parte, no hay duda de que hay personas que tienen mayores habilidades sociales otras, no hay duda de que a ciertas personas se califican  conflictivas, en vista a que siempre se encuentran de conflicto en conflictos, teniendo en muchas ocasiones razón de estarlos y otras veces lo hacen como para demostrar que poseen poder dentro de la organización, lo cierto es que todas las personas hemos vivido conflictos, aunque su definición científica no sea muy clara.
  
De que nos sirve estar en conflicto:

Los conflictos y el consenso  tienen  alguna función social, y la tienen, cualquier tipo de conflicto, consume recursos personales, si el conflicto es muy intenso, puede bloquear aspectos muy importantes de la vida, y si es de larga duración, o nos acomodamos a la situación o nos agota, siendo la consecuencia del planteamiento que los períodos de conflictos y consenso se alternan en el tiempo, adecuando nuestras respuestas a los mismos, de ahí la importancia de reconocer las consecuencias, que dejaran si no afrontamos  adecuadamente la situación, en el conflicto para tomar o dar el consenso adecuado y la posterior conducta, ya que la dinámica  conflicto versus consenso, se lleva incorporada en desde el nacimiento, transportando a estar en una constante dinámica de estabilidad y cambio, que se manifiestan en nuestra relación social, laboral, familiar. 

  Se tiene un estilo, una manera más o menos permanente de hacer frente a los problemas, es una tendencia que se ha generado a partir de nuestra experiencia en la vida, el estilo o tendencia aparece, cuando se pone, en tensión dos aspectos vitales de la interacción social, como son los procesos de competición y cooperación, siendo la pregunta: “entre mis intereses y los intereses de los demás”, si entran en conflicto, ¿Qué priorizo?, la clave es saber valorar la intensidad de uno u otro factor Competir-cooperar.
La persona que actúa desde la competición, se mantiene firme y poco cooperativa con el otro, cada cesión que hace la vive como una pérdida, trata de ganar siempre, para esa persona, lo principal es conseguir sus objetivos.
            La persona que actúa desde la acomodación es maleable, prefiere siempre la cooperación, tiende a pasar por alto sus  propios intereses y preocupaciones para dar satisfacción a los demás, su lema es que lo importante es la buena relación.


 El tercer estilo,  combina la baja competitividad con la baja intensidad cooperativa, da como resultado el estilo de evitación, su lema central es que hay que huir de los conflictos, postergar es una estrategia, muy usada por los seguidores de este estilo, lo importante para estas personas es ser molestadas lo menos posible y pasar desapercibidas.
El estilo de colaboración, es a la vez firme en sus deseos e intereses y cooperador, esta persona es capaz de encontrar soluciones inteligentes, a los conflictos y se esfuerza en que así sea, el desacuerdo para quienes tienen esta forma de actuar es sólo una oportunidad para negociar intensamente soluciones, conseguir objetivos mutuos y mantener la buena relación es su mayor deseo.
El estilo de compromiso, tiende a resultar altamente efectivo, las personas que lo practican, mantienen un buen nivel de defensa de sus propios intereses y objetivos, estos comprenden perfectamente los intereses, de los demás, desean también mantener una buena relación, si es posible , pero nunca al coste de una pérdida total de sus propios objetivos.
 Hallar el punto medio de algo es su regla de oro, estas tendencias personales al resolver conflictos, fruto de los aprendizajes en la vida,  pueden  dar pautas de actuación ante situaciones concretas, que permitan obtener beneficios individuales y colectivos para garantizar aprovechar las oportunidades,  que presentan los conflictos que se desarrollan a lo largo de su permanencia en el tiempo, decidiendo racionalmente que estilo de afrontamiento de conflictos utilizaremos ante la presencia de ellos.



Conclusión

Relacionando la lectura; entre el conflicto y el consenso y el video de William Ury, “Mas allá de un No”,  Profesor de resolución de conflictos en la Universidad de Harvard, donde de una manera muy explicita manifiesta y recomienda estrategias, para resolver y obtener beneficios en una negociación exitosa, manejando herramientas o hábitos, que permitan ser eficiente en el difícil, campo  propone que el negociador, debe ser suave en sus relaciones con las personas y duro con el problema, debido a que es este el perturbador en las relaciones de los miembros de la organización en conflicto,  para analizar, proponer opciones y alternativas para la mejor solución del conflicto, a las partes involucradas en el, sin olvidar que los seres humanos, tienen dos emociones fundamentales:  el apego y la aversión, que toma en cuenta en la propuesta Ury,
 Se tiene que expresar  que al  hablar la mayoría de las veces se  apega, a una posición o al deseo de satisfacer necesidades propias y al miedo de perder lo que ya se tiene, que hace menos tolerante y malos negociantes, que hacen tomar malas decisiones o decisiones equivocadas, que nos impide construir puentes, en pro de soluciones integrales, para las partes en conflicto.
El apego en el budismo, se maneja a través del concepto de poder tomar distancia de las emociones para ver claramente entre un sujeto, el objeto y la acción no hay diferencia, sino que es parte de la misma totalidad; en cuanto la aversión, es fácil relacionarlo con el miedo, de alguna manera es la base de las dos siguientes fases planteadas por Ury.
 Por lo que tratar de ver o entender que está detrás de esa falta de aceptación de las propuestas o no comprender las necesidades, planteadas entre las partes, genera inmediatamente conflictos y aversión a las posturas, propuestas y posiciones.
Volver todo al terreno de la atención y de las necesidades a cubrir más allá de las posiciones, ciertamente permite un mejor desarrollo de iniciativas que permitan solucionar y negociar mejor las posiciones en conflicto.



En referencia a los siete  elementos,  del método de negociación de Harvard, se concluye que un buen negociador, posea y practique constantemente las siguientes aptitudes:
·         Piensa rápido y claro, se expresa con facilidad, capacidad de análisis y síntesis, tiene gran capacidad de empatía, se centra en los aspectos objetivos.
·         Buen humor, es paciente, sabe controlarse, tiene tacto y es impersonal, siendo importante para el negociador comprender que los intereses son la materia prima de la negociación, generando alternativas para unir los intereses personales de los involucrados en el conflicto, en el interés del grupo para beneficio de la organización, logrando el compromiso de ambos para alcanzarlos, rechazando los intereses que no son comunes u opuestos a las partes.


  


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